2.10.05
Se acabó la temporada...
Ya se nos fue una temporada más, y ahora entramos en la verdadera pelea por el Campeonato Mundial: ocho equipos se disponen a luchar por un solo puesto; los Yankees de New York, Angelinos de Los Angeles Anaheim, Astros de Houston, Bravos de Atlanta, Cardenales de St. Louis y Medias Rojas de Boston repiten del grupo de la temporada pasada, y los Padres de San Diego y los Medias Blancas de Chicago se les unen este año.
El final de temporada no fue apto para cardíacos, pero a pesar de todo el enredo de última hora, no hubo necesidad de jugar partidos adicionales para definir comodínes o campeones divisionales -- a los Indios de Cleveland se les acabó la gasolina cuando más la necesitaban, los Astros pudieron mantener a raya a los Phillies de Philadelphia, los Medias Blancas de Guillén demostraron que -- suerte o no -- el título de la Central era de ellos, los Cardenales le demostraron al todos que siguen siendo el equipo más poderoso (y ahora con mejor pitcheo), los Padres ganaron como los únicos de su división con récord por encima de .500, los Angelinos se clasificaron de primeros en el joven circuito casi sin que nadie se diera cuenta, los Bravos lucharon contra todo pronóstico y ganaron su décimo cuarto título consecutivo -- un récord para cualquier deporte profesional, y los Medias Rojas y los Yankees, eternos, y principales, rivales de este deporte, terminaron el año con la misma marca (95-67), diferenciados únicamente por el récord en la serie particular (a favor de los Mulos).
No hubo grandes récords rotos en esta campaña; Barry Bonds casi no jugó, pero se acercó más a Babe Ruth y a Hank Aaron, y ahora promete que jugará al menos 120 partidos en el 2006, ¿conectará los 48 jonrones que necesita para desbancar al Martillo?; Ichiro! logró, a duras penas, su quinta campaña consecutiva de 200 hits o más, pero apenas logró superar los .300 puntos de promedio; Andruw Jones superó la barrera de los 50 jonrones; el Cy Young de la Americana promete ser uno de los más discutidos (y comentados) de todos los tiempos (y no es que el de la Nacional esté libre de argumentos); Alex Rodríguez obtuvo un nuevo título de jonrones y posiblemente otro premio como Jugador Más Valioso; el espectro de los esteroides nos acompañó todo el año, y el caso de Rafael Palmeiro manchó para siempre el deporte; Wade Boggs y Ryne Sandberg encontraron pases para el Salón de la Fama; Washington vió un partido de Grandes Ligas por primera vez en 33 años; no tuvimos partidos sin hit ni carrera...
Entre los criollos, este año recibimos a 11 nuevos compatriotas que tuvieron su debut en el mejor béisbol del mundo; Miguelito Cabrera nos demostró que el cielo es su límite y que estamos en presencia de un futuro Salón de la Fama -- y Francisco Rodríguez no se queda atrás, imponiendo marcas para relevistas criollos y para relevistas tan jóvenes como él; Víctor Martínez despejó todas las dudas sobre quien es el mejor catcher ofensivo de las Mayores; Omar Vizquel sigue y sigue y sigue, y quizás (solo quizás, no se emocionen mucho) gane su décimo Guante de Oro; Gustavo Chacín apareció en el panorama para demostrarnos que Johan Santana no es el único zurdo importante en el contingente criollo; Félix Hernández nos llenó de emoción y esperanzas, y también llenó de ponches a los equipos contrarios; Freddy García preparó el escenario para convertirse en nuestro mayor ganador el próximo año; Bob Abreu sigue demostrando que es el mejor pelotero que nadie conoce -- y nos dió la alegría de un explosivo Derby de Jonrones durante el Juego de las Estrellas; Santana y Carlos Zambrano nos demostraron que aun sin el apoyo de su equipo, los grandes lanzadores pueden ganar y ponchar a quien sea; Carlos Silva nos dió lecciones de control, imponiendo una marca histórica de menos boletos por 9 innings; y Wilson Alvarez, El intocable, le dijo adiós a la lomita que lo vió convertirse en el único criollo en lanzar un juego sin hits ni carreras...
Se nos terminó otra temporada. Ahora, a disfrutar de los playoffs, a ligarle a nuestros equipos favoritos, y a prepararnos para analizar lo que ocurrió durante estos últimos 162 partidos, para comenzar a discutir y conversar sobre lo que ocurrirá a partir de marzo del año que viene.
Estadísticas e imágenes cortesía de Béisbol Report
El final de temporada no fue apto para cardíacos, pero a pesar de todo el enredo de última hora, no hubo necesidad de jugar partidos adicionales para definir comodínes o campeones divisionales -- a los Indios de Cleveland se les acabó la gasolina cuando más la necesitaban, los Astros pudieron mantener a raya a los Phillies de Philadelphia, los Medias Blancas de Guillén demostraron que -- suerte o no -- el título de la Central era de ellos, los Cardenales le demostraron al todos que siguen siendo el equipo más poderoso (y ahora con mejor pitcheo), los Padres ganaron como los únicos de su división con récord por encima de .500, los Angelinos se clasificaron de primeros en el joven circuito casi sin que nadie se diera cuenta, los Bravos lucharon contra todo pronóstico y ganaron su décimo cuarto título consecutivo -- un récord para cualquier deporte profesional, y los Medias Rojas y los Yankees, eternos, y principales, rivales de este deporte, terminaron el año con la misma marca (95-67), diferenciados únicamente por el récord en la serie particular (a favor de los Mulos).
No hubo grandes récords rotos en esta campaña; Barry Bonds casi no jugó, pero se acercó más a Babe Ruth y a Hank Aaron, y ahora promete que jugará al menos 120 partidos en el 2006, ¿conectará los 48 jonrones que necesita para desbancar al Martillo?; Ichiro! logró, a duras penas, su quinta campaña consecutiva de 200 hits o más, pero apenas logró superar los .300 puntos de promedio; Andruw Jones superó la barrera de los 50 jonrones; el Cy Young de la Americana promete ser uno de los más discutidos (y comentados) de todos los tiempos (y no es que el de la Nacional esté libre de argumentos); Alex Rodríguez obtuvo un nuevo título de jonrones y posiblemente otro premio como Jugador Más Valioso; el espectro de los esteroides nos acompañó todo el año, y el caso de Rafael Palmeiro manchó para siempre el deporte; Wade Boggs y Ryne Sandberg encontraron pases para el Salón de la Fama; Washington vió un partido de Grandes Ligas por primera vez en 33 años; no tuvimos partidos sin hit ni carrera...
Entre los criollos, este año recibimos a 11 nuevos compatriotas que tuvieron su debut en el mejor béisbol del mundo; Miguelito Cabrera nos demostró que el cielo es su límite y que estamos en presencia de un futuro Salón de la Fama -- y Francisco Rodríguez no se queda atrás, imponiendo marcas para relevistas criollos y para relevistas tan jóvenes como él; Víctor Martínez despejó todas las dudas sobre quien es el mejor catcher ofensivo de las Mayores; Omar Vizquel sigue y sigue y sigue, y quizás (solo quizás, no se emocionen mucho) gane su décimo Guante de Oro; Gustavo Chacín apareció en el panorama para demostrarnos que Johan Santana no es el único zurdo importante en el contingente criollo; Félix Hernández nos llenó de emoción y esperanzas, y también llenó de ponches a los equipos contrarios; Freddy García preparó el escenario para convertirse en nuestro mayor ganador el próximo año; Bob Abreu sigue demostrando que es el mejor pelotero que nadie conoce -- y nos dió la alegría de un explosivo Derby de Jonrones durante el Juego de las Estrellas; Santana y Carlos Zambrano nos demostraron que aun sin el apoyo de su equipo, los grandes lanzadores pueden ganar y ponchar a quien sea; Carlos Silva nos dió lecciones de control, imponiendo una marca histórica de menos boletos por 9 innings; y Wilson Alvarez, El intocable, le dijo adiós a la lomita que lo vió convertirse en el único criollo en lanzar un juego sin hits ni carreras...
Se nos terminó otra temporada. Ahora, a disfrutar de los playoffs, a ligarle a nuestros equipos favoritos, y a prepararnos para analizar lo que ocurrió durante estos últimos 162 partidos, para comenzar a discutir y conversar sobre lo que ocurrirá a partir de marzo del año que viene.