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27.5.04

Mora: antes y después

El caso de Melvin Mora es interesante de analizar. Estamos hablando de un pelotero de 'la noche a la mañana' pasó de ser un suplente/utility a ser una superestrella. Este tipo de cambios no sucede normalmente, menos aún cuando hablamos de un pelotero que lo hizo después de los 30 años.

El año pasado, Mora se mantuvo entre los líderes en bateo, slugging y promedio de embasarse durante largo tiempo, hasta que una lesión le recortó la temporada. Sin embargo, logró cerrar el año con un promedio de .317, cosa sorprendente si se considera que hasta ese año su promedio vitalicio era de solo .249. Muchos analistas y 'expertos' consideraron que el 2002 fue el 'año' de Mora y que más nunca repetiría una actuación similar - algo que el criollo se ha dado por corregir durante lo que va de temporada, manteniéndose (a la fecha) como líder de la Americana en bateo (.386), promedio de embasarse (.472 - se embasa casi la mitad de las veces que batea) y OPS (slugging + embasarse, 1.104). Además, es segundo en anotadas (41) y tercero en slugging (.633) y hits (64).

Si comparamos al Melvin de antes con el Melvin de ahora, pareciera que estuviéramos hablando de dos personas totalmente diferentes. De 1999 a 2002, Mora participó en 475 juegos (algunos de ellos solo como refuerzo de fildeo en los innings finales), del 2003 hasta la fecha ha jugado solamente en 138 partidos. A pesar de esta enorme diferencia de casi 350 juegos - dos veces y media - Mora ha conectado casi la mitad de hits en una tercera parte de los turnos al bate, lo que implica que la diferencia en promedio de bateo entre el antes y el después es de 90 puntos (.249 vs. .339). El ritmo al cual está conectando jonrones es básicamente el doble que el que tenía antes del 2003.

¿Qué preguntas nos podemos hacer para tratar de determinar la causa de este cambio? Pues son varias, y algunas de ellas pueden ser: ¿No había tenido oportunidad de jugar a tiempo completo? ¿Se estableció finalmente en una sola posición? ¿Está recibiendo más apoyo del resto de su equipo? ¿Se ha vuelto más paciente en el plato? ¿Ha sido suerte?

Desde su llegada a las Grandes Ligas en 1999, Mora se desempeñó como el suplente ideal - podía jugar prácticamente todas las posiciones, y si bien no lucía como una estrella en ninguna de ellas, hacía el trabajo para el que era necesitado.

Sin embargo, había algo diferente en comparación con el resto de los utilities y es que Mora tenía la oportunidad de jugar una elevada cantidad de juegos para ser un suplente. Entre el 2000 y el 2002 promedió 137 partidos jugados por temporada, repartiéndolos en labores de LF, CF, RF, SS, 2B y 3B. En el 2003 también se desempeñó como todero, a pesar de que poco a poco fue ganando la titularidad en el jardín izquierdo.

El que haya jugado esta cantidad de juegos (casi 500 entre sus primeras cuatro temporada) indica que la diferencia en rendimiento no debería ser causada por no haber tenido la oportunidad de demostrar su talento, así que la respuesta a la primera pregunta es un (casi) contundente NO.

El argumento anterior responde parcialmente la segunda pregunta, si Mora no se había 'encontrado' por haber sido movido de posición en posición. Aún cuando esto pareciera no tener relación con el bateo, cuando a un pelotero lo mueven continuamente de posición esto le genera más stress que lo normal ya que debe estar adaptándose a los requerimientos de cada ubicación (que son más diferentes que lo que uno pensaría) y esto le resta comodidad y concentración a la hora de enfrentar al pitcheo contrario.

En este sentido, pudiéramos decir que posiblemente este haya sido uno de los factores que ha hecho que Mora mejore tan dramáticamente, aunque se puede alegar que esta no es la única razón, ya que para finales del 2003 el criollo era el jardinero izquierdo titular de los Orioles.

Por otro lado, a pesar de que esta temporada fue movido de LF a tercera (donde ha jugado todos los partidos hasta ahora), esta ha sido su posición fija desde la inauguración. En definitiva, es posible que esta sea una de las razones para la marcada diferencia, así que diremos que la respuesta a esta pregunta es un (posible) SI.

La tercera pregunta nos cuestiona si el apoyo recibido por el equipo ha impactado en el desempeño del criollo, y para ser sincero, no estoy muy seguro de que sea así. Si bien es cierto que los Orioles se armaron de talento (latino, por cierto) para este año al contratar a Rafael Palmeiro, Javy López y Miguel Tejada, Mora no contaba con estas estrellas el año pasado y su rendimiento fue comparable a lo que está logrando este año - quizás se pueda argumentar que este año va por mejor camino, pero con solo 42 juegos jugados es muy pronto para decirlo con certeza.

Pienso que la respuesta a esta tercera pregunta es un (posible) SI.

La siguiente pregunta argumenta que la causa del cambio de Mora se pueda deber a que se ha vuelto más paciente a la hora de escoger los pitcheos. Esto es una posibilidad cierta, pero las estadísticas muestran que aún cuando hay un incremento en el número de bases por bolas recibidas, la diferencia no es tan notable como el resto de sus numeritos. Antes del 2003 Mora recibía boletos en el 9,5% de sus apariciones al plato, mientras que desde esa fecha está promediando 12,5%.

Otra señal de su mejorada paciencia la podemos ver en la relación entre boletos y ponches. Antes del 2003 Mora se embasaba por boleto una vez por cada dos ponches que recibía, mientras que hoy en día la relación es mucho más cercana a ser uno a uno (recibe tres boletos por cada cuatro ponches).

Si asumimos que un bateador que escoge mejor los lanzamientos recibirá más boletos y se ponchará menos, entonces la respuesta a la cuarta pregunta es también un (posible) SI.

La última pregunta tiene que ver con la suerte. Esto, como se imaginarán, es imposible de medir. Es difícil argumentar que tal diferencia en su rendimiento se deba al azar, y a pesar de que el número de juegos jugados desde el 2003 es pequeño y de hecho, menor que el número alcanzado hasta el 2002, es suficiente para pensar que nadie puede prolongar una racha de suerte por tanto tiempo. En consecuencia, la respuesta a esta pregunta es un NO absoluto.

En resumen, las respuestas han sido NO, SI, SI, SI y NO. O, para ser más claro, el surgimiento de Melvin Mora superestrella se debe, muy posiblemente, a una combinación entre establecerse finalmente como titular de una sola posición, contar con más apoyo en el line-up (y en consecuencia ver mejores lanzamientos) y convertirse en un bateador paciente y selecto.

Y antes de que se quejen, obviamente hay que considerar que Melvin tiene talento de sobra. Ningún pelotero, por establecido que esté, ni por apoyado que se encuentre, ni por paciente que sea puede lograr lo que Mora ha logrado en este último año y medio si no tuviera un gran talento sobre el cual basar todos estos beneficios.

Esperemos a ver cómo termina la temporada y cómo le va en la que sigue para que podamos decir si efectivamente Melvin Mora es una superestrella o si sencillamente es un pelotero que tuvo un par de años estelares...


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