13.6.05
De cuando el todo es la suma de las partes
Por naturaleza humana, casi siempre cometemos el error de no ver 'el bosque por los árboles', de solo ver un pedazo y no la totalidad de las cosas.
Muchas de las conversaciones que tengo sobre béisbol incluyen alguna discusión sobre lo que un pelotero hará o dejará de hacer en una temporada, y casi siempre esa discusión viene por una reciente actuación de ese jugador. Si conectó tres jonrones en un juego, ya comenzamos a sacar cuentas para ver si terminará el año con 50 o más. Si un pitcher tiene una mala salida, decimos que ya este año no va a ganar ni 10 partidos y nos preguntamos qué le pasará que 'ahora como que ya no es tan bueno como antes'.
La verdad, una salida de un pitcher, una serie de tres juegos, o una buena semana no nos dicen prácticamente nada sobre lo que un pelotero va a hacer en los 162 partidos que dura la temporada.
Por ejemplo, si comparamos lo que dos peloteros hicieron en un lapso de 7 días, probablemente pensemos que porque uno de ellos conectó 1 hit más en el mismo número de turnos al bate podemos decir que son iguales. Sin embargo, si ese pelotero conecta un hit más que el otro en cada semana de la temporada, terminará el año con 25-30 hits más y un promedio de bateo con 40 puntos más. ¿Iguales? No, ¿verdad?
Pero aunque no podemos esperar un resultado solo porque un jugador acaba de tener un buen fin de semana al bate, tampoco podemos desestimar el valor de ese fin de semana.
Como les comentaba antes, la temporada tiene 162 partidos y lo que un jugador haga en cada uno de ellos será importante para la suma total de su actuación.
Por ejemplo, si vemos el caso de Johan Santana. Luego de ganar el Cy Young de forma unánime con una actuación en el 2004 que será recordada por muchos años, todo el mundo esperaba que el Merideño llegara este año 'cortando rabo y oreja'. Si bien su actuación no ha sido mala, mucha gente se pregunta qué le ocurrirá a Santana que 'apenas' tiene 7 ganados y su efectividad es de 3.31 (luego del blanqueo de hace unos días). ¿Cómo es esto posible si este señor terminó el año pasado con 20 victorias y 2.61 de efectividad?
Pues no le pasa nada a él. Lo que sucede es que 13 salidas no son lo mismo que 34, y en ese lapso, que no es ni la mitad de lo que dura una campaña, una mala actuación tiene mucho más peso. ¿Se acuerdan del partido del 17 de mayo donde los Azulejos de Toronto le cayeron a palos? Santana permitió 7 carreras en apenas 5.1 entradas, recibiendo 9 imparables y ponchando apenas a 5, la menor cantidad de este año.
Si restamos el efecto de esa salida a la actuación de Santana, sus numeritos de este año serían 7-1 con 2.79 de efectividad y un WHIP de 0.83 (vs. 0.89 que tiene). ¿Ven eso? Una diferencia de .52 en su efectividad por el impacto de un solo partido. Este sí es el Santana que esperamos...¿no?
Y la cosa también funciona al revés. Fíjense el caso de Bob Abreu, que está descosiendo la liga. Hasta el juego del domingo, el Come dulce bateaba para .323/.440/.586 (un OPS de 1.026), con 16 cuadrangulares y 47 empujadas. Pero si a estos totales les restamos lo que hizo durante su brutal racha de 10 partidos a mediados de mayo en los que conectó 9 jonrones (por cierto, una marca de Grandes Ligas), entonces el rendimiento de Abreu no sería tan estelar.
En los otros 53 partidos, Abreu solo ha bateado para .279/.397/.421, y aunque ese OBP de casi 400 es excelente de todas maneras, nadie puede negar que la diferencia es amplia -- más de 40 puntos en promedio de bateo y más de 160 en slugging. Y en cinco veces más partidos que los de su racha, el Caraqueño solo ha podido conectar 7 jonrones.
Pero, ¿qué quiere decir esto? ¿Que Santana no va a volver a perder este año? ¿Qué Abreu va a terminar la temporada bateando .280? No, lo que quiere decir es que la temporada no es una racha de diez partidos o una mala salida -- es la suma de esas cosas con semanas normales, semanas buenas, días malos y días mejores; que para saber cómo va a terminar el año un pelotero debemos esperar a que tenga un número significativo de partidos para tener una idea; y que para ver el todo, tenemos que poder ver las partes...
Estadísticas e imágenes cortesía de Béisbol Report y ESPN.com
Muchas de las conversaciones que tengo sobre béisbol incluyen alguna discusión sobre lo que un pelotero hará o dejará de hacer en una temporada, y casi siempre esa discusión viene por una reciente actuación de ese jugador. Si conectó tres jonrones en un juego, ya comenzamos a sacar cuentas para ver si terminará el año con 50 o más. Si un pitcher tiene una mala salida, decimos que ya este año no va a ganar ni 10 partidos y nos preguntamos qué le pasará que 'ahora como que ya no es tan bueno como antes'.
La verdad, una salida de un pitcher, una serie de tres juegos, o una buena semana no nos dicen prácticamente nada sobre lo que un pelotero va a hacer en los 162 partidos que dura la temporada.
Por ejemplo, si comparamos lo que dos peloteros hicieron en un lapso de 7 días, probablemente pensemos que porque uno de ellos conectó 1 hit más en el mismo número de turnos al bate podemos decir que son iguales. Sin embargo, si ese pelotero conecta un hit más que el otro en cada semana de la temporada, terminará el año con 25-30 hits más y un promedio de bateo con 40 puntos más. ¿Iguales? No, ¿verdad?
Pero aunque no podemos esperar un resultado solo porque un jugador acaba de tener un buen fin de semana al bate, tampoco podemos desestimar el valor de ese fin de semana.
Como les comentaba antes, la temporada tiene 162 partidos y lo que un jugador haga en cada uno de ellos será importante para la suma total de su actuación.
Por ejemplo, si vemos el caso de Johan Santana. Luego de ganar el Cy Young de forma unánime con una actuación en el 2004 que será recordada por muchos años, todo el mundo esperaba que el Merideño llegara este año 'cortando rabo y oreja'. Si bien su actuación no ha sido mala, mucha gente se pregunta qué le ocurrirá a Santana que 'apenas' tiene 7 ganados y su efectividad es de 3.31 (luego del blanqueo de hace unos días). ¿Cómo es esto posible si este señor terminó el año pasado con 20 victorias y 2.61 de efectividad?
Pues no le pasa nada a él. Lo que sucede es que 13 salidas no son lo mismo que 34, y en ese lapso, que no es ni la mitad de lo que dura una campaña, una mala actuación tiene mucho más peso. ¿Se acuerdan del partido del 17 de mayo donde los Azulejos de Toronto le cayeron a palos? Santana permitió 7 carreras en apenas 5.1 entradas, recibiendo 9 imparables y ponchando apenas a 5, la menor cantidad de este año.
Si restamos el efecto de esa salida a la actuación de Santana, sus numeritos de este año serían 7-1 con 2.79 de efectividad y un WHIP de 0.83 (vs. 0.89 que tiene). ¿Ven eso? Una diferencia de .52 en su efectividad por el impacto de un solo partido. Este sí es el Santana que esperamos...¿no?
Y la cosa también funciona al revés. Fíjense el caso de Bob Abreu, que está descosiendo la liga. Hasta el juego del domingo, el Come dulce bateaba para .323/.440/.586 (un OPS de 1.026), con 16 cuadrangulares y 47 empujadas. Pero si a estos totales les restamos lo que hizo durante su brutal racha de 10 partidos a mediados de mayo en los que conectó 9 jonrones (por cierto, una marca de Grandes Ligas), entonces el rendimiento de Abreu no sería tan estelar.
En los otros 53 partidos, Abreu solo ha bateado para .279/.397/.421, y aunque ese OBP de casi 400 es excelente de todas maneras, nadie puede negar que la diferencia es amplia -- más de 40 puntos en promedio de bateo y más de 160 en slugging. Y en cinco veces más partidos que los de su racha, el Caraqueño solo ha podido conectar 7 jonrones.
Pero, ¿qué quiere decir esto? ¿Que Santana no va a volver a perder este año? ¿Qué Abreu va a terminar la temporada bateando .280? No, lo que quiere decir es que la temporada no es una racha de diez partidos o una mala salida -- es la suma de esas cosas con semanas normales, semanas buenas, días malos y días mejores; que para saber cómo va a terminar el año un pelotero debemos esperar a que tenga un número significativo de partidos para tener una idea; y que para ver el todo, tenemos que poder ver las partes...
comentarios:
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Hay un principio estadístico que se llama la falacia del apostador. Consiste en pensar que un jugador que esta teniendo una mala temporada va a compensarla aumentando su rendimiento a un nivel superior al de su promedio. De esa manera a final de temporada estaría otra vez en su nivel tradicional. Por supuesto, esto es dificil que suceda y lo más acertado es suponer que a partir del momento en que se está realizando la evaluación el jugador tendra un rendimiento IGUAL a su promedio habitual. Es importante conocer que el beisbol es un proceso aleatorio con reemplazo, es decir, a cada momento existen las mismas probabilidades que el momento inmediatamente anterior.
Espero haberme explicado bien. Saludos!!!
Espero haberme explicado bien. Saludos!!!
Alo parecido ocurre cuando vez los numeros de Alex Rodriguez este año. Si aislas sus numeros durante tres o cuatro juegos (incluyendo uno donde bateo tres jonrones e impulso como 10 carreras, hablando de memoria) pasa lo mismo. El punto es que la diferencia entre estos jugadores y el resto de los jgadores es la capacidad de influir practicamente por completo en el resultado de esos partidos (tres o cuatro por temporada). Tal vez con los pitchers pase esto con mas frecuencia.
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