Si hay un equipo de esta temporada al que se le puede llamar bueno de verdad, ese es el de la ciudad de St. Louis. Los Cardenales terminaron nuevamente con la mejor marca de todas las Grandes Ligas, y fueron el único equipo este año en llegar a 100 victorias, amparados por una extraordinaria -- si bien a veces lesionada -- producción ofensiva, y un excelente pitcheo abridor.

La otra cara de la moneda le corresponde a los Padres de San Diego, equipo que se tituló en una división donde los otros cuatro equipos terminaron con más juegos perdidos que ganados, y que empató el récord al Campeón Divisional con menos juegos ganados (82-80), y que cerró el año con menos ganados que otros seis equipos de su misma liga. El equipo no tiene grandes estrellas -- se destacan Brian Giles, Jake Peavy y el casi legendario Trevor Hoffman, pero de resto, está armado de un grupo de peloteros que no luce, pero que de una u otra manera hace el trabajo.

La serie particular fue a favor de los Californianos, quienes obtuvieron 4 victorias en 7 encuentros, demostrando que cualquier cosa puede pasar en una serie corta.

Sin embargo, durante la temporada regular, los Pájaros Rojos anotaron 798 carreras, empatados en segundo lugar de la liga, mientras que los de San Diego solo pudieron anotar 681 veces, bueno para un décimo tercer lugar entre los 16 equipos que conforman el Viejo Circuito. La diferencia en OPS entre ambas divisas fue de 36 puntos, y aunque las lesiones abundaron este año, St. Louis cuenta con los bates de Albert Pujols (posible Más Valioso de la liga), Jim Edmonds (quien tuvo su peor año desde que llegó al equipo, y sin embargo terminó con un OPS de .918, y la dupla de Reggie Sanders y Larry Walker, quienes, en actuación limitada, tuvieron idénticos OPS de .886. Por su parte, San Diego cuenta con el bate de Brian Giles, uno de los héroes desconocidos del deporte, con su OPS de .905 y su liderato de la liga en boletos (119). Pero Giles fue el único jugador de la divisa en conectar más de 115 hits en el año, y el único con más de 75 carreras empujadas, además de ser el único titular que bateó por encima de .300 -- y solo por un punto. Las esperanzas son pocas para los Padres...

En cuanto al pitcheo, la cosa está más pareja, pero no lo suficiente. St. Louis dominó la liga con una efectividad de 3.48, mientras que San Diego llegó de octavo con su 4.15. Los Cardenales cuentan con los brazos de Chris Carpenter (posible Cy Young de la liga), Mark Mulder, Jeff Suppan, Matt Morris y Jason Marquis, una rotación que sumó 80 victorias durante la temporada, mientras que los Religiosos solo pueden alardear de los 13 triunfos de Peavy. Adam Eaton fue el único otro lanzador en suma al menos 10 victorias.

Repito lo dicho, en una serie corta puede pasar cualquier cosa, pero en el papel, St. Louis no tiene nada que temer.

Venezolanos presentes: St. Louis no cuenta con criollos en su roster, pero con los Padres podremos disfrutar de Ramón Hernández, quien tuvo una corta, pero buena temporada.


¿Será que los Bravos dejarán de ganar el banderín de la División Este alguno de estos años? Más importante: ¿Será que los Bravos lograrán llegar a la Serie Mundial nuevamente?

Los dirigidos por Bobby Cox lo lograron de nuevo, esta vez con el "peor" equipo de los últimos años, dando muestra del talento de su timonero y de la magia de su coach de pitcheo, Leo Mazzone. Pero esta vez, a diferencia de los otros años, los Bravos no son los favoritos para ganarlo todo, y no por su fama de derrumbarse en octubre, sino porque no tienen un equipo particularmente bueno, mientras que sus rivales de turno tienen mucho más que ofrecer.

Houston, con un bateo menos poderoso que lo que nos tenían acostumbrados, viene con una de las rotaciones más temidas de la temporada -- Roy Oswalt ganó 20 partidos, Roger Clemens dominó las Grandes Ligas con su efectividad por debajo de 1.90, y Andy Pettite fue el mejor pitcher de la segunda mitad del año, y por si esto fuera poco, cuentan con Brad Lidge y sus 41 salvados como relevista. Atlanta contrarresta con John Smoltz -- un experimentado abridor de post-temporada -- y el recién llegado Tim Hudson, que aunque no tuvo una mala campaña, decepcionó un poco este año. Los Astros terminaron con 3.51 de efectividad, vs. 3.98 de Atlanta.

El bateo está más parejo, aunque los Bravos cuentan con los 51 jonrones de Andruw Jones, los aportes de Chipper Jones, y el posible espejismo de la sensación novedosa de Jeff Francoeur (basta revisar sus numeritos mensuales para darse cuenta que va en decaida). Entre Biggio, Ensberg, Lane y Berkman, los Texanos sumaron 111 vuelacercas, y aunque el novato Willy Taveras (posible Novato del Año de la liga) es realmente malo (vean los detalles), sus 69 infield hits pueden significar una incomodidad para los contrarios a la hora de fildearle. Veremos si los dos Jones, Francoeur y Marcus Giles pueden superar eso.

Esta serie es la más dura de las dos de la Liga Nacional, y a menos que todo les salga bien, no veo a los Bravos progresando a la siguiente ronda -- ventaja para Houston.

Venezolanos presentes: Eduardo Pérez tiene muy poco chance de ser llevado por los Bravos, aunque siempre existe la posibilidad. Igual situación enfrentan Raúl Chávez y Humberto Quintero con los Astros. ¿No les parece curioso que tengamos tantos receptores?


Estadísticas e imágenes cortesía de Béisbol Report