Para nadie es secreto el potencial del relevista Francisco Rodríguez. Es más, hay quienes pudieran insistir en no llamar 'potencial' a lo que ya parece un talento demostrado.

El derecho criollo, el lanzador más joven en ganar un partido de Serie Mundial y dueño de un K/9 de 12.73 en post-temporada, tiene además un WHIP vitalicio de 0.99 (en 200.2 entradas a la fecha) y ha mantenido a los contrarios de forma tal que solo le han podido batear para .173 en su carrera. En proporción, hace abanicar a casi una docena de contrarios por cada 9 innings lanzados...

...y además de todo, tiene una personalidad explosiva.

Y quizás ese sea uno de los factores que lo ha llevado al éxito tan rápidamente. Y también pueda llegar a ser la causa de problemas en el futuro.

Me explico: si alguna vez han visto lanzar al K-Rod, sabrán que su movimiento en la lomita no es pausado ni controlado. Primero da un pequeño paso que pareciera permitirle cierta tranquilidad y estabilidad, para luego explotar violentamente, levantando la pierna a buena altura y completando el lanzamiento antes de que el bateador pueda siquiera tener una mínima idea de qué es lo que viene hacia él.

Esta velocidad de envío, sumada a su maravillosa curva -- misma que ya comparan con la de Bert Blyleven -- han hecho que Rodríguez sea un rival extremadamente difícil para los bateadores. No saben qué está lanzando (aunque pueden adivinarlo, porque 'abusa' de esa curva), ni les da tiempo para observar cómo agarra la pelota o a qué altura de su cuerpo estará saliendo el lanzamiento. Si juntamos estas dos características con la velocidad de sus envíos, tendremos a un lanzador que casi no da tiempo de reaccionar a los bateadores contrarios.

Pero resulta ser que ese movimiento tan extremo y explosivo hace que Rodríguez quede en una pésima posición defensiva. Una de las primeras cosas que le enseñan a los niños cuando quieren ser pitchers es que al terminar el lanzamiento, hay que quedar en una posición que permita fildear un batazo que regrese violentamente a la lomita. El criollo es tan violento en su forma de lanzar que prácticamente queda tirado en el piso (a veces necesita apoyarse en una mano para no caer) y casi de espaldas al home plate. Si alguna vez conectaran un batazo de frente, serían pocas las posibilidades de que Rodríguez reaccionara a tiempo para fildearlo o para quitarse de en medio.

Revisando rápidamente las estadísticas de fildeo del criollo, tenemos que hasta ahora este no ha cometido NI SIQUIERA UN SOLO ERROR en casi cuatro temporadas de juego, y que su zone rating es un perfecto 1.000, pero esto no nos dice nada todavía, porque apenas ha tenido 38 chances. Quizás la conclusión que podemos sacar de esto es que su dominio sobre los bateadores es tal (solo 120 hits permitidos, para un H/9 de 5.39), que han sido muy pocas las veces que un batazo haya ido 'por todo el medio'.

Rodríguez debería corregir esta falla en su movimiento, no solo por una posible lesión gracias a un pelotazo, sino porque pudiera estar limitando su rango de acción en jugadas en las que normalmente participe el pitcher.

Estadísticas e imágenes cortesía de Béisbol Report y otras fuentes