Generalmente uno piensa en Bob Abreu cuando se hace la pregunta ¿quién es el pelotero menos reconocido entre los Venezolanos?. Esto sucede porque aunque el Come dulce, año a año, acumula extraordinarios numeritos, pareciera que nadie se da cuenta -- al menos, nadie fuera de Philadelphia y Venezuela.

Abreu es quizás el mejor jugador que nadie conoce, pero a veces pienso que entre los Venezolanos hay otro pelotero, igual de bueno, del que ni siquiera nosotros hablamos o lo mencionamos tanto como se merece. Me refiero a Melvin Mora. El nativo de Aguas Negras viene de completar dos extraordinarias campañas, y de comenzar el 2005 con el mismo ritmo, sin que nadie le da el lugar que se merece.

En el 2004, el Yaracuyano conectó para .340, el segundo promedio más alto en la historia para nuestros peloteros, y lo acompañó con un OBP de .419 y un SLG de .562, también entre las mejores marcas para los jugadores Venezolanos. ¿Pero dónde quedaron las páginas en prensa resaltando su actuación? ¿Dónde quedaron las entrevistas? La verdad, algo hubo, pero no lo que uno esperaría para un pelotero que 'a la calladita' se ha convertido en uno de los tres mejores antesalistas de la Liga Americana.

Desde que arrancó la temporada del 2003 y hasta el juego del domingo 12 de junio, Mora acumulaba .325/.395/.535 en 298 partidos, con un excelente OPS de .930. Prorrateando sus numeritos a una temporada de 162 partidos, el criollo promedia 30 cuadrangulares, 202 hits, 119 carreras anotadas y 105 impulsadas, además de 71 boletos y 13 estafas.

Y entonces, ¿por qué nadie sabe de la existencia de Mora? Hay tres razones que saltan a la vista: su equipo, sus compañeros, y su personalidad.

Los Orioles de Baltimore, el equipo que ha sido el hogar de Mora desde que saliera de New York, a pesar de ser uno de los que más presupuesto tiene, atiende a un mercado relativamente pequeño -- queriendo decir con esto que es autocontenido: el mercado en cuestión (Washington D.C., Maryland, Virginia, West Virginia) no es necesariamente de los de menor tamaño, pero no tiene la popularidad ni el alcance del que gozan New York, Boston, Los Angeles y hasta Texas. Nadie fuera de estas zonas tiene real interés por los Orioles, y mucho menos por su tercera base.

Y no solo es el tamaño del mercado de los Orioles lo que afecta a Mora, sino que el equipo cuenta con varias figuras que opacan al criollo. Miguel Tejada, un premio al Más Valioso, líder en impulsadas en el 2004, dos veces con 200 ó más hits; Sammy Sosa, un premio al Más Valioso, casi 600 cuadrangulares de por vida, el único pelotero con tres temporadas de 60 ó más jonrones; Rafael Palmeiro, nueve años con al menos 38 jonrones y 100 impulsadas, a punto de convertirse en el cuarto pelotero en la historia en tener 500 jonrones y 3000 hits; Javy López, el receptor de los Bravos de Atlanta cuando ganaron todos esos títulos de División, récord de jonrones para un receptor en la Liga Nacional. Con compañeros así, nadie se puede recordar ni del nombre del que cubre la antesala de un equipo.

Por último, la personalidad de Mora no es precisamente lo que llamaríamos 'el sueño de un publicista'. El criollo es un hombre tremendamente serio y reservado, hasta el punto de que pareciera estar molesto por la manera en que frunce el entrecejo. Según todos los comentarios, Mora es una persona amable, un buen amigo y un excelente ser humano, pero su introversión lo hace ver como distante, como que no le interesa compartir con los fanáticos. Todo el mundo prefiere a los peloteros abiertos y carismáticos, y Mora no es uno de ellos.

Es lamentable que no podamos ver más allá de estas cosas, una sola de las cuales se le pudiera adjudicar a Mora, para darnos cuenta de lo talentoso que es este jugador.

Independientemente de los numeritos que sume para cuando termine su carrera, lo más probable es que cuando recordemos a Mora, lo primero en lo que vamos a pensar es en los quintillizos...

Estadísticas e imagen cortesía de Béisbol Report