2.12.04
Bye-bye-Blanco
"Escoger a un catcher suplente nunca parece ser una decisión importante. La diferencia entre un suplente malo y uno grandioso sencillamente no es tan grande, y el hecho de que su tiempo de juego es limitado, hace que la brecha se reduzca aún más. Esto es, por supuesto, a menos que el titular del equipo sea un receptor novato tildado de prospectazo, de quien se espera pase los próximos 15 años detrás del plato y que se lesiona seriamente la rodilla en apenas el segundo juego de su carrera. Cuando esto ocurre -- como le pasó a los Mellizos y a Joe Mauer este año -- lo que repentinamente le queda a uno es un catcher suplente muy importante para el equipo.
Los Mellizos firmaron a Henry Blanco la temporada pasada porque querían a un suplente veterano que saliera económico, que fuera sólido defensivamente y que pudiera ayudar a tutorear y ser el mentor de Mauer en su primer año en las Grandes Ligas. Súbitamente, Blanco se convirtió en un titular a precio de suplente ($750.000), apareciendo en 114 juegos y totalizando 353 turnos al bate. Sin embargo, y a pesar de lo que muchos fanáticos de los Mellizos creen misteriosamente, Blanco no tuvo una buena temporada. Fue excelente a la defensiva y su durabilidad fue muy valiosa, pero fue uno de los peores jugadores de la Liga Americana en lo que a la ofensiva se refiere, bateando un patético .206/.260/.368. De hecho, Blanco quedó en último lugar entre los receptores de la Americana según el método de los Wins Shares Above Average (hago un paréntesis para explicar brevemente este método. Los Win Shares, ideados por Bill James, permiten darle un 'precio' o un 'valor' al desempeño de un jugador, y de alguna manera equivalen a su participación (su 'share') en las victorias del equipo. Cuando se les mide Above Average, o por encima del promedio, lo que se está haciendo es comparando al pelotero con los demás de su misma posición -- todo esto quiere decir que Blanco, comparado con los demás catchers de la liga, fue el peor según este método).
Minnesota, el mismo equipo que le acaba de dar a Juan Castro $2 millones por dos temporadas, habían tomado la opción del contrato de Blanco por $750.000 para el 2005 sin pensarlo dos veces, colocándolo nuevamente en el rol del suplente de Mauer. En una movida sorpresiva, Blanco aprovechó una cláusula de su contrato que le permitía salirse de ese acuerdo y optar por la agencia libre.
El equipo, más leal a un jugador con promedio de .206 que lo que mucha gente sería, reaccionó ofreciéndole a Blanco un contrato de dos años por $1,8 millones. En lo que tiene que ser una de las decisiones más extrañas de esta post-temporada, Blanco, un bateador vitalicio de .216/.288/.356, que ha jugado para cinco equipos diferentes en siete temporadas, rechazó la oferta. Terry Ryan, el gerente general de Minnesota, decidió que ya había hecho demasiado y se buscó otra opción para el rol de suplente, contratando al ex-Marlin Mike Redmond al mismo acuerdo que le habían ofrecido al Venezolano.
(...)
Al final, los Mellizos le dijeron adiós a Blanco -- quien comenzaba a actuar como si fuera Carlos Beltrán -- y encontraron a Redmond, quien es un jugador superior. Y todo por el mismo precio. Redmond batea como el típico catcher suplente, es decir, es un pobre bateador, pero que recuerda a Mike Piazza si se le compara con Blanco. Redmond bateó .256/.315/.341 con los Marlins en 2004, lo que representa un 9% por encima del Venezolano.
La siguiente tabla compara a los dos peloteros en las últimas tres temporadas:
Por otro lado, Redmond no está ni cerca del nivel defensivo de Blanco, particularmente en lo que al brazo se refiere. Aunque Redmond tiene una buena reputación de ser un buen manejador de lanzadores y de cantar un buen juego, sus números de outs robando han sido pobres en los últimos años, especialmente si se los compara con los de Blanco. Redmond sacó al 21.5% de los corredores en 2004 (21 de 65), mientras que el Venezolano reventó a un impresionante 49.2% (30 de 61) (otro paréntesis, cuando un receptor tiene un promedio cercano a 50%, se le puede considerar como excelente).
Esto son sus números en los últimos tres años:
Aunque sea relativamente obvio que Redmond es superior ofensivamente, es más difícil hacer la comparación defensiva de forma cuantificable. A pesar de que está claro que Blanco es el mejor guante (y brazo), no es sencillo cuantificar esa diferencia, pero se puede presumir que las 5 carreras adicionales producidas por Redmond se balancean con otras 5 carreras que Blanco le puede ahorrar al equipo.
(...)
Si se considera que Blanco es superior cantando el juego, manejando al staff de pitchers y otros intangibles de la labor de un receptor, entonces Blanco es prácticamente igual de valioso que Redmond. Todo esto sirve para decir que en la mayoría de los casos, la decisión de escoger a un receptor suplente termina dependiendo de lo que el equipo vea como más adecuado para su situación. Algunos jugadores -- como Redmond -- puedan dar valor ofensivo. Otros -- como Blanco -- pueden dar valor defensivo. Cuando se suman todas las cosas, pareciera indicarse que la diferencia es mínima, y en consecuencia, el impacto de la decisión (para Minnesota) entre los dos receptores, también será mínimo."
Este artículo resume mi opinión sobre Blanco (claro, con un análisis mucho más estudiado que el que yo hubiera podido hacer por mi cuenta), y que básicamente es que es un receptor que batea terriblemente mal, que fildea bastante bien, y que cuyo mayor activo es la confianza que genera en el cuerpo de lanzadores del equipo -- algo que es intangible e incuantificable, pero que indudablemente está allí.
Blanco tiene status de super-estrella en la pelota local, y no son solamente los aficionados los que se 'comen' ese cuento. Pareciera que los equipos contrarios también sienten que el Caracas es mejor equipo cuando el careta entra en acción.
Me parece que Henry Blanco es uno de los casos de estudio más interesantes que hay entre nuestros peloteros: un pelotero malísimo, que resulta ser que es buenísimo...
Traducido de este artículo en The Hardball Times
(para que vean que no soy el único que duda sobre la decisión de Henry Blanco de no aceptar la oferta de los Mellizos de Minnesota)
Estadísticas e imágenes cortesía de: Béisbol Report
Los Mellizos firmaron a Henry Blanco la temporada pasada porque querían a un suplente veterano que saliera económico, que fuera sólido defensivamente y que pudiera ayudar a tutorear y ser el mentor de Mauer en su primer año en las Grandes Ligas. Súbitamente, Blanco se convirtió en un titular a precio de suplente ($750.000), apareciendo en 114 juegos y totalizando 353 turnos al bate. Sin embargo, y a pesar de lo que muchos fanáticos de los Mellizos creen misteriosamente, Blanco no tuvo una buena temporada. Fue excelente a la defensiva y su durabilidad fue muy valiosa, pero fue uno de los peores jugadores de la Liga Americana en lo que a la ofensiva se refiere, bateando un patético .206/.260/.368. De hecho, Blanco quedó en último lugar entre los receptores de la Americana según el método de los Wins Shares Above Average (hago un paréntesis para explicar brevemente este método. Los Win Shares, ideados por Bill James, permiten darle un 'precio' o un 'valor' al desempeño de un jugador, y de alguna manera equivalen a su participación (su 'share') en las victorias del equipo. Cuando se les mide Above Average, o por encima del promedio, lo que se está haciendo es comparando al pelotero con los demás de su misma posición -- todo esto quiere decir que Blanco, comparado con los demás catchers de la liga, fue el peor según este método).
Minnesota, el mismo equipo que le acaba de dar a Juan Castro $2 millones por dos temporadas, habían tomado la opción del contrato de Blanco por $750.000 para el 2005 sin pensarlo dos veces, colocándolo nuevamente en el rol del suplente de Mauer. En una movida sorpresiva, Blanco aprovechó una cláusula de su contrato que le permitía salirse de ese acuerdo y optar por la agencia libre.
El equipo, más leal a un jugador con promedio de .206 que lo que mucha gente sería, reaccionó ofreciéndole a Blanco un contrato de dos años por $1,8 millones. En lo que tiene que ser una de las decisiones más extrañas de esta post-temporada, Blanco, un bateador vitalicio de .216/.288/.356, que ha jugado para cinco equipos diferentes en siete temporadas, rechazó la oferta. Terry Ryan, el gerente general de Minnesota, decidió que ya había hecho demasiado y se buscó otra opción para el rol de suplente, contratando al ex-Marlin Mike Redmond al mismo acuerdo que le habían ofrecido al Venezolano.
(...)
Al final, los Mellizos le dijeron adiós a Blanco -- quien comenzaba a actuar como si fuera Carlos Beltrán -- y encontraron a Redmond, quien es un jugador superior. Y todo por el mismo precio. Redmond batea como el típico catcher suplente, es decir, es un pobre bateador, pero que recuerda a Mike Piazza si se le compara con Blanco. Redmond bateó .256/.315/.341 con los Marlins en 2004, lo que representa un 9% por encima del Venezolano.
La siguiente tabla compara a los dos peloteros en las últimas tres temporadas:
TB AVG OBP SLG OPSRedmond tiene 34% más de probabilidad de conectar de hit que Blanco, y 29% más de embasarse, y su producción ofensiva ha sido cerca de 19% mejor, lo que representa una diferencia importante. Si todo va según el plan de los Mellizos en el 2005, Mauer jugará 100 partidos y recibirá cerca de 900 innings, y Redmond tendrá unas 200 apariciones al bate. Si llegara a duplicar su producción del 2002-04 en esos 200 turnos, le creará a los Mellizos unas 20 carreras, comparadas con las 15 que hubiera creado Blanco.
Redmond 704 .273 .336 .354 .690
Blanco 768 .204 .261 .336 .597
Por otro lado, Redmond no está ni cerca del nivel defensivo de Blanco, particularmente en lo que al brazo se refiere. Aunque Redmond tiene una buena reputación de ser un buen manejador de lanzadores y de cantar un buen juego, sus números de outs robando han sido pobres en los últimos años, especialmente si se los compara con los de Blanco. Redmond sacó al 21.5% de los corredores en 2004 (21 de 65), mientras que el Venezolano reventó a un impresionante 49.2% (30 de 61) (otro paréntesis, cuando un receptor tiene un promedio cercano a 50%, se le puede considerar como excelente).
Esto son sus números en los últimos tres años:
BR OR OR%Cuando se mira este lapso de tres años, la brecha no es tan grande, aunque el 38.0% de Blanco es impresionante. Pero el promedio de Redmond también es respetable. Otro elemento que se desprende de la calidad del brazo de Blanco es que los equipos contrarios intentan robar menos cuando él está de catcher. Redmond recibió un intento de robo por cada 8.8 innings que jugó (promedio de los últimos tres años), mientras que los contrarios de Blanco solo intentaron estafar una vez cada 11.4 entradas. A pesar de las diferencias que puedan haber entre las situaciones de ambos receptores (diferentes ligas, los lanzadores a quienes recibieron, etc), la diferencia sigue siendo importante.
Redmond 119 48 28.7
Blanco 101 62 38.0
Aunque sea relativamente obvio que Redmond es superior ofensivamente, es más difícil hacer la comparación defensiva de forma cuantificable. A pesar de que está claro que Blanco es el mejor guante (y brazo), no es sencillo cuantificar esa diferencia, pero se puede presumir que las 5 carreras adicionales producidas por Redmond se balancean con otras 5 carreras que Blanco le puede ahorrar al equipo.
(...)
Si se considera que Blanco es superior cantando el juego, manejando al staff de pitchers y otros intangibles de la labor de un receptor, entonces Blanco es prácticamente igual de valioso que Redmond. Todo esto sirve para decir que en la mayoría de los casos, la decisión de escoger a un receptor suplente termina dependiendo de lo que el equipo vea como más adecuado para su situación. Algunos jugadores -- como Redmond -- puedan dar valor ofensivo. Otros -- como Blanco -- pueden dar valor defensivo. Cuando se suman todas las cosas, pareciera indicarse que la diferencia es mínima, y en consecuencia, el impacto de la decisión (para Minnesota) entre los dos receptores, también será mínimo."
Este artículo resume mi opinión sobre Blanco (claro, con un análisis mucho más estudiado que el que yo hubiera podido hacer por mi cuenta), y que básicamente es que es un receptor que batea terriblemente mal, que fildea bastante bien, y que cuyo mayor activo es la confianza que genera en el cuerpo de lanzadores del equipo -- algo que es intangible e incuantificable, pero que indudablemente está allí.
Blanco tiene status de super-estrella en la pelota local, y no son solamente los aficionados los que se 'comen' ese cuento. Pareciera que los equipos contrarios también sienten que el Caracas es mejor equipo cuando el careta entra en acción.
Me parece que Henry Blanco es uno de los casos de estudio más interesantes que hay entre nuestros peloteros: un pelotero malísimo, que resulta ser que es buenísimo...
Traducido de este artículo en The Hardball Times
(para que vean que no soy el único que duda sobre la decisión de Henry Blanco de no aceptar la oferta de los Mellizos de Minnesota)