9.5.05
De rachas malas y rachas buenas
Recién terminó la racha de victorias de Johan Santana (con un partido que debió haber ganado), para que ya empecemos a hablar de la próxima racha que comenzó en su siguiente salida (con un partido que ganó). En ambos partidos, el zurdo lanzó prácticamente con la misma consistencia y calidad, y sin embargo, el resultado fue contrario -- cosas de la pelota y prueba de que es un juego de equipo, en el que un jugador puede hacer la diferencia entre ganar y perder, pero casi siempre necesitado del apoyo de sus compañeros. Y también de estar en una racha.
En una temporada que dura 162 partidos es prácticamente imposible mantener el mismo nivel de desempeño constante durante todo el año -- no importa si es para mal o para bien, pero ningún jugador, lanzador o bateador, tiene la capacidad (física, mental, emocional) para trabajar de la misma forma por seis meses seguidos.
Claro que hay rachas más largas que otras, y también hay unas más llamativas que otras (por lo desastrosas o por lo fabulosas). Pero el hecho es que el deporte está lleno de rachas, y muchas veces no nos damos cuenta de ellas. Generalmente nos fijamos en lo que el pelotero va acumulando a lo largo de la temporada, sin entrar a ver el detalle de cómo ha ido sumando esos numeritos.
La racha de Santana es ampliamente conocida: 17 victorias, 1.77 de efectividad, 0.79 de WHIP y 11.40 K/9 en 137.1 entradas. Pero no es la única racha que podemos ver entre los peloteros criollos en lo que va del 2005. Un caso 'de librito' es Edgardo Alfonzo. Hace cosa de tres semanas hablaba de la fantástica arrancada de año que estaba teniendo el infielder criollo, apoyando la hipótesis de que su desempeño había mejorado gracias a que su forma física era superior a la de años anteriores.
Pero el comportamiento de Alfonzo comenzó a bajar drásticamente a partir de esa fecha (debo ser medio pavoso). Revisando un poquito el trabajo que ha hecho, se puede ver claramente la presencia de dos de estas rachas; una buena, y otra mala.
En sus primeros 14 partidos, Alfonzo bateó para .451/.533/.667 (23 hits en 51 turnos), pero en los últimos 13 ha bateado apenas .200/.308/.267 (9 hits en 45 turnos). Una diferencia bárbara, que no se puede explicar estadísticamente sino como una racha (como no tengo información sobre si Alfonzo tiene alguna molestia física, algún problema personal u otro elemento subjetivo, no puedo más que buscar la explicación en lo que los números dicen).
Por otra parte, se puede observar un comportamiento opuesto en el caso de otro Venezolano. Miguelito Cabrera empezó el año de manera algo floja, para entrar luego en un ritmo devastador que no ha podido ser mantenido a raya por el pitcheo contrario.
En los primeros 12 juegos de esta temporada, el Aragüeño conectó para .261/.333/.457 (12 en 46), mientras que en los 15 más recientes está bateando para .475/.500/.729 (28 en 59).
Si comparamos cómo ha ido variando el OPS de ambos peloteros, veremos que han sido prácticamente inversos perfectos:
* Eliminé los valores del primer partido (2.500 para Alfonzo y .800 para Cabrera) para que el gráfico tuviera mayor claridad
Este análisis no sirve para determinar si estos dos peloteros continuarán con sus rachas o si, por el contrario, cambiarán la tendencia. Lo que sí demuestra es que una temporada de 162 juegos está compuesta por pequeños bloques de unos pocos partidos, que van armando lo que al final de año será la actuación acumulada de cada jugador.
...y hablando de rachas, ¿se han fijado que Carlos Silva ha ganado sus últimas seis decisiones? ¿O que Geremis González acaba de romper su racha de perdidos?
Estadísticas cortesía de Béisbol Report
En una temporada que dura 162 partidos es prácticamente imposible mantener el mismo nivel de desempeño constante durante todo el año -- no importa si es para mal o para bien, pero ningún jugador, lanzador o bateador, tiene la capacidad (física, mental, emocional) para trabajar de la misma forma por seis meses seguidos.
Claro que hay rachas más largas que otras, y también hay unas más llamativas que otras (por lo desastrosas o por lo fabulosas). Pero el hecho es que el deporte está lleno de rachas, y muchas veces no nos damos cuenta de ellas. Generalmente nos fijamos en lo que el pelotero va acumulando a lo largo de la temporada, sin entrar a ver el detalle de cómo ha ido sumando esos numeritos.
La racha de Santana es ampliamente conocida: 17 victorias, 1.77 de efectividad, 0.79 de WHIP y 11.40 K/9 en 137.1 entradas. Pero no es la única racha que podemos ver entre los peloteros criollos en lo que va del 2005. Un caso 'de librito' es Edgardo Alfonzo. Hace cosa de tres semanas hablaba de la fantástica arrancada de año que estaba teniendo el infielder criollo, apoyando la hipótesis de que su desempeño había mejorado gracias a que su forma física era superior a la de años anteriores.
Pero el comportamiento de Alfonzo comenzó a bajar drásticamente a partir de esa fecha (debo ser medio pavoso). Revisando un poquito el trabajo que ha hecho, se puede ver claramente la presencia de dos de estas rachas; una buena, y otra mala.
En sus primeros 14 partidos, Alfonzo bateó para .451/.533/.667 (23 hits en 51 turnos), pero en los últimos 13 ha bateado apenas .200/.308/.267 (9 hits en 45 turnos). Una diferencia bárbara, que no se puede explicar estadísticamente sino como una racha (como no tengo información sobre si Alfonzo tiene alguna molestia física, algún problema personal u otro elemento subjetivo, no puedo más que buscar la explicación en lo que los números dicen).
Por otra parte, se puede observar un comportamiento opuesto en el caso de otro Venezolano. Miguelito Cabrera empezó el año de manera algo floja, para entrar luego en un ritmo devastador que no ha podido ser mantenido a raya por el pitcheo contrario.
En los primeros 12 juegos de esta temporada, el Aragüeño conectó para .261/.333/.457 (12 en 46), mientras que en los 15 más recientes está bateando para .475/.500/.729 (28 en 59).
Si comparamos cómo ha ido variando el OPS de ambos peloteros, veremos que han sido prácticamente inversos perfectos:
* Eliminé los valores del primer partido (2.500 para Alfonzo y .800 para Cabrera) para que el gráfico tuviera mayor claridad
Este análisis no sirve para determinar si estos dos peloteros continuarán con sus rachas o si, por el contrario, cambiarán la tendencia. Lo que sí demuestra es que una temporada de 162 juegos está compuesta por pequeños bloques de unos pocos partidos, que van armando lo que al final de año será la actuación acumulada de cada jugador.
...y hablando de rachas, ¿se han fijado que Carlos Silva ha ganado sus últimas seis decisiones? ¿O que Geremis González acaba de romper su racha de perdidos?