José Castillo está a punto de convertirse en una estrella. O al menos así debemos creer, si hacemos caso a lo que decía el periodista Manuel Rodríguez en un artículo en Meridiano.

Yo no estoy convencido de que sea así, pero es innegable que el camarero criollo estaba enrumbado a lograr varias marcas personales cuando resultó lesionado. Para la fecha, el segunda base de los Piratas de Pittsburgh acumulaba los siguientes numeritos:

J	AB	H	2B	3B	HR	CA	CE	BB	SO	BR	.AVG	.OBP	.SLG	OPS
101	370	99	16	3	11	49	53	23	59	2	.268	.307	.416	.724
162	593	159	26	5	18	79	83	37	95	3	.268	.307	.416	.724

La segunda fila muestra los numeritos de Castillo prorrateados a 162 juegos

Como se ve, son numeritos buenos -- no son ninguna maravilla, pero llamarlos malos sería exagerar en inflexibilidad. Castillo debe aprender a ser más paciente en el plato (apenas .307 de .OBP es inaceptable), porque ya ha demostrado que cuando hace contacto tiene buenos resultados (su BA/BIP es de .293, de nuevo, no es bueno, pero no es malo). Si esperara un poco más por mejores lanzamientos, no solo obtendría más boletos, sino que seguramente subiría su promedio de bateo al conectar solo sobre pitcheos que vayan hacia su zona.

El destino del criollo para ser más incierto que lo que se ha comentado, porque aún cuando los Bucaneros han comentado su interés de convertirlo en una de las piezas claves de la divisa, debemos recordar que la lesión que sufrió fue de cierta gravedad, y hay que esperar a verlo jugar nuevamente para saber si su recuperación fue completa. Adicionalmente, no debemos descartar una situación como la que planteaba mi amigo Manuel Tortolero, cuando indicaba que Castillo se perfilaba como ideal para ser movido a la antesala, aprovechando así su poderoso brazo (posiblemente la característica que más lo distingue) y su capacidad de conectar con algo de poder, que lo puede llevar a soltar hasta 20 ó 25 vuelacercas por campaña.

Es difícil, sin embargo, predecir qué ocurrirá con Castillo en el 2006, ya que por un lado apenas tiene dos temporadas como Grande Liga y aunque su edad (24 años) nos dice que va en franco crecimiento profesional, no tenemos parámetros suficientes para proyectar su desempeño; y por otro lado, está el asunto de la lesión, que no sabemos cómo lo afectará (si es que lo afecta del todo).

De algo sí podemos estar seguros: con este aparente crecimiento de Castillo, y el acentuado descenso de Edgardo Alfonzo, el de Pittsburgh puede ser el indicado para alcanzar y romper varios récords ofensivos para un camarero Venezolano -- de los cuales, prácticamente todos están en manos de Alfonzo y de Jesús Marcano Trillo.

En el 2006 Castillo buscará:
- Llegar a 1.000 turnos al bate
- Llegar a 100 carreras anotadas
- Llegar a 300 hits
- Llegar a 50 dobles
- Llegar a 100 carreras impulsadas

Estadísticas e imágenes cortesía de Béisbol Report