22.4.05
Carlos Zambrano: 106, 111, 108, 118
Esos numeritos que ven junto al nombre de Carlos Zambrano corresponden al número de lanzamientos que ha realizado en cada una de sus salidas del 2005, números que hasta ahora no son alarmantes, pero que le deberían perturbar un poco el sueño al criollo.
No le tengo mucho aprecio al mánager Dusty Baker, particularmente porque suele hacer comentarios que demuestran que sabe menos de béisbol que lo que él cree, pero principalmente por la manera en la que abusa a sus lanzadores.
Es mucha la gente que aún no cree o no entiende la relación entre el número de lanzamientos realizados al principio de la carrera de un pitcher y las lesiones o decrecimientos en desempeño en el futuro. Son pocos los estudios exhaustivos que existen para demostrar esta relación, y a la 'gente de béisbol' le cuesta mucho adaptarse a nuevas estadísticas y metodologías.
Volviendo al caso de Zambrano, debo admitir que es cierto que el criollo aún no ha tenido una lesión seria, y que su rendimiento sigue siendo realmente bueno, pero el criollo es aún muy joven (cumple 24 años en junio) como para que se noten los efectos del abuso.
En el 2002, Zambrano promedió 106 lanzamientos por juego. En el 2003 fueron 112. En lo que va de 2005, en apenas cuatro aperturas, ya está en 111 -- y se espera que este número aumente una vez que entremos en los meses calurosos.
Para que tengan una idea de los efectos de estos abusos, les copio parte de un comentario que hiciera Rob Neyer en su columna en ESPN.com:
Me preocupa que Baker no tome conciencia de esta situación. Entiendo que el bull-pen de Chicago no es el mejor de la liga y que Zambrano se ha convertido en el líder de facto de la rotación ante las lesiones de Prior y Wood, pero me parece que debería buscar la manera de limitar al criollo a 100-105 lanzamientos por partido en lugar de 110-115. A la larga los resultados serán más beneficiosos para todos.
Estadísticas e imágenes cortesía de: Béisbol Report
No le tengo mucho aprecio al mánager Dusty Baker, particularmente porque suele hacer comentarios que demuestran que sabe menos de béisbol que lo que él cree, pero principalmente por la manera en la que abusa a sus lanzadores.
Es mucha la gente que aún no cree o no entiende la relación entre el número de lanzamientos realizados al principio de la carrera de un pitcher y las lesiones o decrecimientos en desempeño en el futuro. Son pocos los estudios exhaustivos que existen para demostrar esta relación, y a la 'gente de béisbol' le cuesta mucho adaptarse a nuevas estadísticas y metodologías.
Volviendo al caso de Zambrano, debo admitir que es cierto que el criollo aún no ha tenido una lesión seria, y que su rendimiento sigue siendo realmente bueno, pero el criollo es aún muy joven (cumple 24 años en junio) como para que se noten los efectos del abuso.
En el 2002, Zambrano promedió 106 lanzamientos por juego. En el 2003 fueron 112. En lo que va de 2005, en apenas cuatro aperturas, ya está en 111 -- y se espera que este número aumente una vez que entremos en los meses calurosos.
Para que tengan una idea de los efectos de estos abusos, les copio parte de un comentario que hiciera Rob Neyer en su columna en ESPN.com:
"A los 19 años, Dwigth Gooden lanzó 218 entradas y tuvo marca de 17-9. A los 20, lanzó 276.1 y era el mejor pitcher del mundo. A los 21 lanzó 250 y todavía fue excelente. Desde los 22 y hasta el fin de su carrera, solo fue un pitcher promedio (demostrado por su ERA+).El propio Neyer admite que el número de innings no necesariamente es lo que perjudica a los lanzadores, siempre que se les limite el número de lanzamientos que hacen en cada partido. Para demostrar esto, menciona los casos de C.C. Sabathia, Jeremy Bonderman y Zack Greinke, tres jóvenes lanzadores quienes han pitcheado grandes cantidades de innings, pero a quienes sus mánagers han mantenido con régimenes estrictos de lanzamientos.
A los 20, Fernando Valenzuela lideró la Liga Nacional en innings lanzados. A los 21 fue segundo en la liga. Continuó siendo sobre trabajado hasta los 27 añots, al punto de convertirse en un lanzador peor que el promedio.
Entre las edades de 21 y 23, Steve Avery promedió 222 innings. Todo el mundo aseguraba que terminaría en Cooperstown. Desde los 24 y hasta los 33, Avery tuvo marca de 46-47 con una efectividad muy por debajo del promedio"
Me preocupa que Baker no tome conciencia de esta situación. Entiendo que el bull-pen de Chicago no es el mejor de la liga y que Zambrano se ha convertido en el líder de facto de la rotación ante las lesiones de Prior y Wood, pero me parece que debería buscar la manera de limitar al criollo a 100-105 lanzamientos por partido en lugar de 110-115. A la larga los resultados serán más beneficiosos para todos.
comentarios:
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excelente comentario. Yo la verdad es que al igual que tu nunca he confiado en Baker. Ojalá no quemen a Zambrano, si es que no lo hace primero su explosivo temperamento. Saludos!
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