No hay duda de que los Medias Blancas de Chicago son el equipo "del destino" en el 2005. Cuando las cosas no les salen bien, algo sucede que los ayuda a ganar -- sea suerte, sean convergencias probabilísticas, sea la adrenalina de los peloteros...o sean los umpires.

Chicago derrotó de manera dramática a los Astros de Houston, cuando Scott Podsednik, un hombre que no conectó ni un solo cuadrangular en 568 viajes al plato este año -- aunque sí dió uno en los playoffs -- sonó una tremenda línea que dejó en el campo a los Texanos con pizarra de 7 a 6 en el noveno inning. Este jonrón es el segundo que le dan a Brad Lidge, el relevista estrella del equipo, en una situación similar. Habrá que ver cómo queda mentalmente después de esos dos golpes.

El juego se mantuvo bastante cerrado durante las nueve entradas, donde ninguno de los dos equipos tuvo una ventaja de más de dos carreras en ningún momento, y donde hubo cambios en el marcador hasta ocho veces.

Los dos abridores, Mark Buehrle y Andy Pettitte, hicieron buen trabajo, aunque el de Chicago mostró más señales de cansancio y falta de efectividad.

El momento decisivo del juego -- incluso más que el vuelacercas de Podsednik -- vino en el séptimo inning, cuando con dos corredores en las bases, el umpire principal, Jeff Nelson, confundió un foul de Jermaine Dye con un pelotazo y lo envió a primera base, para llenar el diamante y montar el escenario para un sensacional grand slam de Paul Konerko que puso en ventaja de 6 a 4 a los Patiblancos.

Houston no tardó en empatar el marcador con un sencillo de José Vizcaino en la parte alta de la novena entrada que remolcó dos anotaciones, pero esta alegría le duró muy poco a los Texanos, ya que apenas medio inning después Podsednik conectaría el batazo que sellaría el encuentro.

De esta manera, Chicago se coloca en la ventajosa posición de 2-0 -- la primera vez que ganan dos encuentros en una Serie Mundial desde 1919 -- para descansar hoy y viajar a Houston, donde se realizará el primer partido de Serie Mundial en la historia del estado de Texas. En las 47 Series Mundiales que han arrancado con un equipo en 2-0, dicho equipo ha perdido la corona solo en 11 oportunidades (23.4%).

Como dato curioso, el partido se realizó bajo una tenaz lluvia que duró prácticamente los nueve innings, y con una helada temperatura que no llegó a los 10 grados centígrados -- se podía notar el vapor de aire que se formaba con la respiración de los peloteros.

Estadísticas e imágenes cortesía de Béisbol Report